viernes, 4 de abril de 2014

La Pregunta Definitiva

Hoy os traigo una pequeña reflexión, una de esas que de vez cuando entra el gusanillo de mostrar a todos porque está en tu interior y tiene que salir de alguna forma. Y, ¿qué no mejor manera de hacerlo que en forma de palabras?
Empezaré como suelo hacer con una pregunta:
       Si tuvieras la oportunidad de poder conocer la respuesta a una pregunta, fuera cual fuera dicha pregunta, ¿cuál elegirías?


La verdad es que esta pregunta es bastante interesante y se la habrá hecho más de uno en algún momento de su vida, ya que puede hacer que uno se replantee si sus inquietudes o aquello para lo cual vive son verdaderamente fundamentales o primordiales.
Conocemos a muchos tipos de personas, totalmente variadas y con gustos totalmente distintos y dispares, por lo que si de algo estamos seguros es de que no todo el mundo responderá de la misma forma. Por ejemplo si le hacemos esta pregunta a una persona avariciosa cuyo objetivo en la vida es el dinero, con cierta seguridad podríamos decir que la pregunta que éste formularía sería equivalente a: "¿cuál es el camino más corto que he de seguir para alcanzar la riqueza?". O por ejemplo la pregunta que un fervoroso creyente o religioso realizaría, podría ser: "¿Qué pasos tengo que seguir para llegar a dios?". .Todas estas cuestiones van orientadas a alcanzar las máximas expectativas de esas personas, es decir despejar el camino en busca de la felicidad alcanzando su objetivo. Pero, ¿cuáles son esas expectativas? o mejor dicho, ¿Cuál es su fin, según ellos, en la vida?
Depende todo de la complejidad de cada individuo, ya que existen tantas variedades y concepciones sobre la felicidad como personas en el mundo. En cierto modo, somos lo que preguntamos ya que dependiendo de la capacidad de preguntar de la gente se observarán lo profundos que sean sus razonamientos e inquietudes. Por supuesto una persona curiosa o de asombro fácil (mentalidad filosófica) con un gran afán de aprender y comprender lo que le rodea, no respondería cualquier cosa.

Desde siempre se ha dicho que se puede conocer una persona tan sólo por las preguntas que ésta realiza, a no ser claro está que seas tan tímido que no suelas hacerlas. Sin embargo, aún teniendo en cuenta que es evidente que esta pregunta es ficticia ya que en un marco real aunque la formularas podrían existir aspectos de su respuesta que no hayan sido descubiertos por ahora o incluso que tampoco exista ese alguien adecuado para responderla, no hay que tomarse a la ligera su significado ya que los temas a cuestionar son ilimitados por lo que el primer error sería preguntar cualquier cosa sin pensar. Aunque tampoco convendrían llevarse toda la eternidad demorando. Y no es la respuesta (nunca respondida) lo que realmente tiene cierta importancia, si no la pregunta en sí ya que la inquietud que tiene el individuo es lo que significa todo.

Existen determinadas cuestiones, podemos llamarlas universales o filosóficas, que nos incumben a todos pero que debido a su complejidad o a su imposibilidad de resolución son normalmente ignoradas por gran parte de la sociedad. A partir de ellas la Filosofía nos enseña a actuar y a reflexionar sobre nuestro entorno y la necesidad por satisfacer la curiosidad de lo que hay detrás. Normalmente el pensamiento que la gente suele tomar es que si no existe respuesta a una determinada cuestión las dos opciones más asequibles son, o no realizarse a sí mismo dicha pregunta, es decir, llevar una vida superficial siguiendo un objetivo sencillo y común algo así como ser feliz viviendo con los ojos cerrados de cara a la realidad. Por otro lado se puede inventar una respuesta, según la intuición o la imaginación, a la pregunta o dicho de otra forma conocer dicha respuesta desde hace muchísimos años sin saber si es verídica o no, pero aún así tener una cierta Fe en ella (este es el método seguido por los creyentes).
Sin embargo existe también un sector que siguen otro camino,  el camino de la razón. ¿En qué consiste dicho camino? Pues es sencillamente el opuesto a estos anteriores. El cuestionarse estos enigmas, el intentar desvelar estos misterios aun sabiendo que es casi imposible, eso es lo que alimenta al pensante filosófico. "El asombro y la necesidad por satisfacer la curiosidad son la fuente del conocimiento". Es cierto, que es un camino muy perseverante, ya que en principio no existen las respuestas a tales enigmas. Pero es eso, esa sensación de casi conseguirlo, de tener la miel en los labios, de sentirte vivo y en el mundo, de ser consciente de que sí que existe la posibilidad de conocimiento y más aún, de descubrir algo mediante la reflexión, lo que realmente es la virtud de este camino racionalista.
Aún así, resulta llamativo que no tanta gente suela hacerse este tipo de preguntas tan bellas y profundas solo por el mero hecho de desconocer su respuesta; que las eviten, las tengan a un lado y vivan sus vidas ignorando todo aquello que desconocen y sin interesarse en que esto cambie. Es cierto que es imposible vivir cada día de nuestras vidas debatiendo todos estos tipos de cuestiones porque reflexionar, pensar y descubrir son cosas que ocupan un tiempo que puede ser distribuido en otras actividades. Pero a veces estamos tan inmerso en este mundo tan socializado y obvio que olvidamos el hecho de cuestionar las cosas y las damos todas por hecho. ¿Quién soy? ¿Es posible conocer algo realmente? ¿Por qué existo y quién ha creado todo? y muchísimas más cuestiones cuyas respuestas nos dan las claves de la vida y de todo lo que nos rodea sin lo cual nada de nada de lo que vemos, tocamos, sentimos y pensamos sobre nuestro alrededor tendría sentido.
Al final todo, es cuestión de tiempo. Para reflexionar hasta tal punto es cierto que se necesita algo innato, algo natural de uno mismo que a decir verdad, puede desarrollarse en determinadas etapas de la vida y te lleve a asombrarte por aquello que parecer ser tan obvio pero que realmente no lo es. Lo que sí es seguro es que todos tenemos un tiempo determinado (al menos eso dice la Relatividad) y elegimos como distribuirlo, algunos en determinados asuntos y otros pues en distintos. Todo depende de cuanto tiempo dediques a tus inquietudes y a tu curiosidad.
¡Hasta la próxima!

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